Fundación Marambio
Operación Esperanza
Búsqueda en operativo aéreo combinado de una patrulla
del Ejército Argentino extraviada en el desierto blanco

En enero de 1959, época del año durante la cual es factible el acceso de los buques de la Armada Argentina a la zona antártica, se estaba desarrollando la operación RAZA (Relevamiento Aerofotogramétrico Zona Antártica), planificada por el Servicio de Hidrografía Naval (SHN) y con personal contratado, que dispuso de dos aeronaves con esquíes trasladadas por el rompehielos ARA General San Martín (Q4), un avión DHC-2 Beaver (IAA-101) y un Beechcraft AT-11.

En cercanías del cabo Longing, el 24 de noviembre de 1958, el Beaver sufrió la rotura del ala izquierda y el 6 de diciembre de 1958, luego de un vuelo fotogramétrico el AT-11 anevizó en la zona de ubicación de uno de los grupos geodésicos y capotó al caer a una grieta. El accidente de ambas aeronaves no permitió continuar con las tareas.

Como consecuencia de este accidente sus componentes quedan aislados en condiciones precarias para regresar al rompehielos "General San Martín".

Se solicita entonces la colaboración de la base del Ejército "Esperanza" instalada en diciembre de 1952, en la bahía del mismo nombre por el entonces Capitán Jorge Edgard Leal, a los 63º23'48.06" de latitud S y 56º59'31" de longitud O, donde las temperaturas medias oscilan entre los 15º y 30ºC bajo cero y los vientos van desde la suave brisa hasta los temibles blizzard (viento con nieve) que alcanzan velocidades superiores a los 300 km/h.

Se embarcan con este motivo en el citado rompehielos el Capitán Ignacio CARRO (Jefe de Base), el Sargento Ayudante Antonio OSES, el Sargento Ayudante Mecánico de Motores Antonio CARRION, el Sargento Primero Telmo BUONOMO, el Sargento Primero Mecánico de Motores Aldo SANTOS y el Cabo (R) Carlos María BUSTAMANTE (posteriormente el Sargento Ayudante CARRION fue reemplazado por el Sargento Mecánico de Radio Héctor Renes AYALA), con un Weasel (vehículo sobre orugas) y dos trineos con sus jaurías correspondientes; siendo desembarcados sobre hielo de mar a la altura de cabo Longing.

El éxito corona la empresa de rescate, el Capitán CARRO y su patrulla, desembarcado en la barrera de hielos Larsen, junto a la isla Robertson, conviniendo con el Comandante del buque que al regreso de relevar al personal de la Base del Ejército "General Belgrano" sería evacuado a la Base; el motivó de esta decisión fue explorar, reconocer e instalar depósitos en esta zona, como refugios para las futuras patrullas que exploren el sur de la península antártica.

Al regresar al rompehielos a recoger a la patrulla se encuentra ante la imposibilidad de poder realizarlo debido a que el mar a esa altura se ha cerrado impidiendo el acceso a las cercanías de la isla Robertson.

Como dicha patrulla contaba con los medios necesarios tanto en víveres como en material para operar en la zona durante diez meses sin inconvenientes, la superioridad resuelve dejarlos en el lugar hasta tanto, con la consolidación del canal Príncipe Gustavo pudiesen regresar por sus propios medios a la Base Esperanza.

Esta patrulla además de los medios citados contaba con las radio-mochilas con las cuales se mantenían en contacto con la Base y la Sección Antártida dependiente del Estado Mayor General del Ejército.

La patrulla en trabajos de reconocimiento alcanza en el mes de abril la isla Jason y el cabo Desengaño instalando un depósito y regresando a la isla Robertson, pasando a ocupar el Refugio "San Roque" después de un recorrido de 360 km. Esta actividad se desarrolla en los meses de febrero, marzo y parte de abril.

En el mes de abril proceden a la instalación en el nunatak Larsen, de un refugio denominándolo "San Antonio" donde dos años después se construyó la Base Matienzo.

El 6 de mayo se pierde el contacto radial con la patrulla, al informar de la Base Esperanza a la superioridad la pérdida del contacto radial, después de una apreciación de la situación de la patrulla se arriba a la conclusión de que dicho silencio se debe a inconvenientes en la radio únicamente; de ser así se fija como fecha tope para el arribo de la patrulla a la Base el día 5 de junio de 1959.

Al acercarse el plazo fijado se toman todas las medidas necesarias para tratar de localizar a la patrulla; estas medidas consisten en ordenar a las Base "General San Martín" y "General Belgrano" para que efectúen escucha permanente en las horas y frecuencias que transmitía la patrulla y se solicitó a la Secretaría de Marina que sus destacamentos Antárticos efectúen las mismas escuchas y el alisamiento de una patrulla en la Base "Esperanza" para realizar una salida hacia el Sur.

Se coordinó con la Secretaría de Marina la preparación de medios aéreos para efectuar una operación de localización y aprovisionamiento desde el aire, si el silencio radial de la patrulla continuara hasta el día 5 de junio.

Se tomó esta fecha tope para accionar desde Buenos Aires, teniendo en cuenta que el personal estaba altamente capacitado para el trabajo en patrullas, porque además de estar en campaña desde el mes de enero, la mayoría de los hombres tenían en su haber más de dos invernadas antárticas.

Además la patrulla estaba equipada eficientemente con provisiones, vestuario y combustible para permanecer en el terreno hasta aproximadamente el mes de septiembre.

Por comunicación de la patrulla se tenía conocimiento de que el generador del equipo más potente de radio estaba presentando fallas, razón por la cual últimamente salían con un solo equipo.

La última comunicación con la patrulla fue el día 6 de mayo, su Jefe manifestó no tener problemas y que salían hacia cabo Sobral (55 km al N) en donde instalaron un refugio que pensaban inaugurar el 25 de mayo, para continuar luego la marcha hacia la Base Esperanza.

Lo expuesto permitió confirmar la siguiente apreciación; la patrulla, si no está perdida debe llegar a la Base Esperanza a más tardar el día 5 de junio, en caso contrario es posible que haya tenido novedades y se impone accionar en su auxilio.

Dicho auxilio por las características de la zona y la época del año, inicialmente solo pueden materializarse en forma de vuelos sobre la zona, previendo también el lanzamiento de paracaidistas para que, en el caso de localizarla y que se hallen disminuidos físicamente reciban la ayuda necesaria.

Por tal motivo, la Aeronáutica Militar, constituyó una Fuerza Aérea de Tareas Antárticas (FATA), a la que se le asignaron un avión Douglas DC-4 (T-45) de la I Brigada Aérea, un avión Avro Lincoln (B-024) perteneciente a la V Brigada Aérea, un avión Douglas DC-4 (CTA-2) de la Armada Argentina y un Douglas DC-6 (LV-ADS) de Aerolíneas Argentinas, participando también un SC-54 (72555) de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de América (USAF).

Cabe consignar aquí que estos vuelos en esta época del año son sin precedentes, no solo para los argentinos sino para el resto de las naciones; los motivos se verán a través del relato de los distintos vuelos efectuados.

Los meteorologistas trabajaron en forma incansable, volcando los datos que recibían de las distintas bases antárticas en la Carta del Tiempo; ella era la que decía si el vuelo era posible o no.

Cabe destacar que en la zona de operación según estadísticas, de los 360 días del año, 300 se caracterizan por ser días de fuertes vientos.

Después de una intensa búsqueda aérea, el 15 de junio de 1959, con los aviones T-45, CTA-2 y LV-ADS, localizaron a la patrulla extraviada en el nunatak Larsen (actual Base Matienzo), desde el avión naval que los avistó, le arrojo paracaídas con equipos de radio y carga de auxilio, en tanto que el de la Fuerza Aérea lanzó dos trineos.

Se lanzaron estos elementos a los efectos de que con los mismos puedan, contando también con los restantes elementos que llevaban, dejar a la patrulla en las mismas condiciones, continuando el cumplimiento de las tareas.

El Jefe de la patrulla informo que el silencio radioeléctrico, se debió a fallas del material, encontrándose en perfectas condiciones físicas; informando además que el vehiculo Weasel que disponían, lo habían perdido al caer este en una profunda grieta.

La patrulla continúo cumpliendo su misión, regresando a la Base Esperanza el 20 de julio de 1959, realmente una hazaña en los hielos antárticos.

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