El primer izamiento del pabellón argentino en las Islas Malvinas

6 de noviembre de 1820

La Declaración de la Independencia encontró a las Provincias Unidas del Río de la Plata con muy pocos recursos para consolidar su presencia en los confines del vasto territorio que habían heredado de España.

En este complejo escenario, el Gobierno tenía el enorme desafío de velar por su integridad territorial y para ello se vio obligado a recurrir a los corsarios.

Fueron ellos quienes, durante casi una década, defendieron la integridad territorial argentina.

Sin embargo, las amenazas próximas a la capital del ex virreinato habían demorado la llegada al sur.

Esta situación se modificaría en 1819, cuando el Directorio de Juan Martín de Pueyrredón otorgó patentes de corso para consolidar nuestra presencia allí.


Juan Martín de Pueyrredón

En agosto de ese año, al armador Patricio Lynch obtuvo una patente, y comenzó a organizar una expedición a las Islas Malvinas a bordo de su fragata "Heroína".


Patente de Corso

El 15 de enero de 1820, el estado independiente de las Provincias Unidas del Río de la Plata confería al comandante de marina norteamericana, David Jewett, el cargo de Coronel del Ejército al servicio de la Marina Nacional Argentina, quien comandó la fragata "Heroína"


David Jewett

El 2 de noviembre de 1820, la Fragata Heroína fue el primer buque que llegó a Malvinas para establecer la plena soberanía argentina.

Una vez allí, leyó una proclama tanto en español como en inglés, en la que informó la toma de posesión del archipiélago por parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

También advirtió a los navíos foqueros y pesqueros que sus actividades eran ilegales y dañaban los recursos naturales locales.

Tras sortear numerosas complicaciones, el 6 de noviembre de 1820, ante la presencia de su tripulación y un grupo de loberos que operaban en la zona, Jewett izó el pabellón argentino sobre las ruinas de un antiguo asentamiento; y en una solemne ceremonia reafirmó oficialmente la pertenencia de las Islas Malvinas como integrantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Su capitán David Jewett, oficial al servicio del gobierno de Buenos Aires, se dirigió a los capitanes de todas las naves allí ancladas y leyó la siguiente Proclama:

"Señores:
Tengo el honor de informarle que he llegado a este puerto, comisionado por el Superior Gobierno de las Provincias Unidas de Sud América, para tomar posesión de las islas en nombre del país a que éstas pertenecen por Ley Natural. (…)
Uno de los objetivos principales es evitar la destrucción desatentada de las fuentes de recursos necesarios para los buques que, de paso o de recalada forzada arriban a las islas, y hacer de modo que puedan aprovisionarse con el mínimo de gastos y molestias.
Como su objeto no es contravenir a estas disposiciones, y como creo que puede resultarnos alguna ventaja de una entrevista personal, invito a Ud. a que venga a bordo de mi buque donde podré alojarlo todo el tiempo que Ud. quiera.
Suplico a Ud. al mismo tiempo haga saber esto a los súbditos británicos que se hallen en estos parajes."

Poco después, el estadounidense solicitó al Gobierno su relevo como Comandante Militar de las islas, siendo reemplazado por el Teniente Coronel Guillermo Masón, durante los primeros meses de 1821.