Pasa a ser permanente la Base Petrel
con la construcción de una nueva
pista de aterrizaje en la Antártida
Además de la construcción de un muelle de 1500 metros
La Base Petrel tiene ubicación estratégica y quieren que funcione permanente desde el año 2022.
Con la pista, sería la nueva "puerta de entrada" argentina a la Antártida y centro logístico.
La Argentina busca profundizar su presencia en la Antártida y mejorar su logística y conectividad con la construcción de una nueva pista de aterrizaje en la base Petrel, ubicada en la isla Dundee al norte de la península antártica.
Es un proyecto estratégico del cual se habla hace años y que cambiaría la "puerta de entrada" de la Argentina al continente blanco.
Desde hace más de medio siglo ese rol lo cumple la Base Marambio, cuya pista permite aterrizar a aviones de gran porte, con tren de aterrizaje convencional, es decir con ruedas, como los Hércules C-130.
En la última reasignación presupuestaria a través del Decreto 809/2002, el Gobierno de la Nación otorgó recursos adicionales al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas para la "reapertura" de la base Petrel, según figura en sus considerándos.
Esa inyección de dinero gestionada por el Ministerio de Defensa, fueron $ 600 millones, de los cuales la mayor parte, $400 millones están destinado al proyecto en Petrel.
La apertura de Petrel como la séptima base permanente es uno de los objetivos de la campaña antártica de verano 2021/2022, y aseguran que esta vez se cumplirá.
La base tuvo un incendio en los años 70 y desde entonces solo se uso en forma temporaria durante las Campañas Antárticas de Verano (CAV).
Aprovechando las condiciones naturales de Petrel, el proyecto prevé hacer una pista de 1800 metros de longitud, y una segunda alternativa de 1500 metros, para que en la campaña 2023/2024 puedan aterrizar aviones de gran porte, como el Hércules C-130.
Cabe destacar que es un viejo anhelo entre los antárticos, contar con una puerta de entrada multimodal, aérea y por mar.
Petrel tiene una pista natural y características para instalar un muelle seguro.
Enlazar ambas cosas tiene un valor importantísimo, desde allí se podrían brindar servicios a terceros países.
La iniciativa, largamente postergada, se da en un año en que se debatió la necesidad y forma de financiar la construcción de un Polo Logístico Antártico en Ushuaía; siempre viendo que Chile -que tiene reclamaciones de soberanía antártica superpuestas con Argentina- mantiene su eje Punta Arenas - base Frey; y con la preocupación de que los británicos aceleran la construcción de su nuevo puerto en Malvinas, con proyección a la Antártida.
A principios de noviembre del año 2021 ya cruzaron a Marambio los primeros 72 científicos, militares y técnicos para el recambio de dotaciones.
Ocho de ellos están ya en Petrel de "escalón adelantado de las cuatro etapas en el proyecto.
Deberá hacerse un informe de impacto ambiental por parte de 16 especialistas de la Dirección Nacional del Antártico; remover los residuos históricos (del incendio y demás), hacer las mediciones para las nuevas pistas, y restablecer los servicios básicos de la base.
Esperan una "invernada dura" (sin las comodidades de otras bases) pero en la próxima campaña 2022/2023, tener levantada la nueva casa-habitación para 60 personas, con energías renovables, incluyendo laboratorio antártico para 20 personas, pretendiendo que Petrel, que sea una de las bases más modernas del norte de la península.
También deberán llegar ingenieros militares desde Campo de Mayo para armar las estructuras que permitan desembarcar la maquinaria pesada para construir la pista, a partir de 2022/2023, y el muelle de 150 metros.
La ubicación a nivel del mar le da ventaja a Petrel sobre Marambio, que está en una meseta donde las condiciones de nubosidad dificultan muchas veces los aterrizajes, y subir en helicóptero toneladas de abastecimiento resulta muy oneroso.
El plan es dejar basados en Petrel los dos helicópteros rusos Mi-17 que se usan en operaciones antárticas -Marambio queda a 80 kilómetros- para que las bases queden enlazadas.
Fuente : Clarín