Se realizó una evacuación aeromédica en la Base Petrel de la Antártida Argentina

Con una aeronave Beechcraft TC-12 Huron, matrícula 1-G-50 de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima

A pesar de las duras condiciones de clima del invierno antártico, el Comando de Aviación Naval de la Armada Argentina realizó el 28 de junio del 2025 un vuelo a la Base Conjunta Antártica Petrel, para evacuar a un miembro de la dotación de ésta, con problemas de salud, el Suboficial Auxiliar Oscar Alberto BUSTOS de la Fuerza Aérea Argentina.

El vuelo se iba a realizar inicialmente el domingo 22 de junio del 2025, pero la ventana de buen tiempo esperada, no se terminó cumpliendo.

Si bien el clima en la Antártida es siempre muy complejo, en invierno es muy difícil contar con horas de buen clima que coincidan con las pocas horas de luz solar, por lo que las oportunidades para cruzar son muy pocas.

Esta operación constituye un nuevo hito en la historia aérea antártica Argentina, considerando la época del año y las extremas condiciones meteorológicas de la pista de aterrizaje.

El vuelo fue realizado por el avión Beechcraft TC-12B Huron matricula 1-G-50 de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima, que voló desde la Base Aeronaval Río Grande de la ciudad del mismo nombre de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlantico Sur, a la Base Conjunta Antártica Petrel de la Antártida Argentina

Se contó además con el apoyo del avión Lockheed P-3C Orion matrícula 6-P-57 perteneciente a la Escuadrilla Aeronaval de Exploración en guardia, del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR).

Ver videos con el aterrizaje, maniobras en tierra y despegue del avión, ingresando en este enlace: www.marambio.aq/video/evacuacionpetrel.html

La aeronave aterrizó con éxito e inmediatamente emprendió el regreso a la Base Aeronaval Río Grande, con el Suboficial en buen estado de salud, a pesar de padecer una gastritis sangrante.

Al llegar de regreso a Rio Grande, la operación aérea tuvo una duración total de más de ocho horas, con tres horas a la ida y tres al regreso, más poco más de dos horas en tierra.

Este vuelo tiene relevancia no solo por sumar una operación más de la Aviación Naval en Petrel, adonde se volvió a operar en 2024 luego de más de medio siglo, sino porque es el primer cruce que, en esta nueva etapa, se hace en pleno invierno.

Fuentes: Propias y de Pucará Defensa