Autor: Suboficial Mayor FAA (R) VGM Eduardo Alberto CUBI
Fueron recuerdos imborrables los vividos en la Base Marambio de la Antártida Argentina.
Con el grado de Cabo, en la Especialidad de Mecánico de Armamento, prestaba servicios en el Grupo de Tareas Marambio, dependiente del Grupo 1 de Construcciones, de la localidad de El Palomar, provincia de Buenos Aires) que se encontraba conformado por el Jefe del Grupo de Tareas Marambio Vicecomodoro Remorino, Jefe de Obras, Primer Teniente Maiorano, Teniente Akanson y encargado Suboficial Principal Gonzalez (Coya).
Allí se trabajaba mucho por el crecimiento de esa base antártica; se preparaba los elementos a "armar" y se capacitaba al personal que posteriormente integrarían el Grupo de Tareas en Marambio.
En el año 1974, fuimos designados para prestar servicios en ese Grupo; nos adiestraron, nos entregaron los uniformes polares y salimos al sur desde la I Brigada Aérea, de la localidad de El Palomar en un Hércules C-130, arribamos a la Base Aérea Militar "Rio Gallegos" de la provincia de Santa Cruz y al día siguiente cruzamos a la Antártida Argentina, donde arribamos sin novedad a la Base Marambio.
Nos alojamos en un edificio en construcción por operadores anteriores a nosotros, sin muebles, ni calefacción y dormíamos sobre colchones inflables, hasta que posteriormente se fueron desarrollando las otras estructuras.
Progresivamente implementamos para calefaccionarnos una vieja estufa Eskabe con combustibles 50% gasoil 50% JP (combustibles para aviones turbohélice y a turbinas), contaminado.
Más tarde con un tambor de combustible de 200 litros, elevado y dos electrodos de metal logramos tener agua caliente.
Además de cumplir también tareas de perforaciones con martillos neumáticos para posterior colocación de las bases para las futuras construcciones y cumpliendo tareas generales referente al funcionamiento de la base.
Mi primera experiencia después de hacer la descarga del avión y acomodar los materiales que iban a ser utilizados más tarde, el Suboficial Auxiliar Ricardo Diaz (Yeti), el Cabo Erio Moyano, un geólogo, que lamentablemente no recuerdo su nombre y yo, nos dedicamos a buscar material pétreo (piedra, roca o peñasco), apto para rellenar el chorrillo que se encontraba en cabecera de pista del lado de la casa de emergencia para rellenarlo y prolongar la misma donde nuestra tarea era encontrar la beta buscada mediante barrenado y explosivos.
El explosivo era trotyl (también conocido como TNT, compuesto químico explosivo), en escamas dosificado en latas de la vieja cerveza "Bieckert".
En una de tareas y con el filo de una lata me corto la parte de atrás de la muñeca izquierda y al salir gran cantidad de sangre me asistió con un torniquete el ´´Yeti'' Diaz, utilizando su cinturón, además me ayudo, arrastrándome de tiro, a través de la nieve que nos llegaba hasta la cintura, hasta la enfermería donde me realizaron varios puntos y curando la herida, recuperándome más tarde.
Comenzamos con la tarea de la construcción del Hangar de helicópteros y aviones, que ya habíamos puesto a punto en el Grupo 1 de Construcciones antes de ser embarcado, con la numeración pieza por pieza para ser armado en Base Marambio; donde procedemos al armado total del mismo, que fue una tarea dantesca.
Después, construimos el primer alojamiento terminado por ''Los Originarios del Grupo de Tareas Marambio'', pertenecientes al Grupo 1 de Construcciones.
Haciendo un alto, para sacarnos esta foto que aparecen adelante, el Cabo Primero Quinteros, Suboficial Principal Gonzalez, Cabo Principal Pereña y un Suboficial de Córdoba, que lamentablemente no recuerdo su nombre y atrás me encuentro con los Soldados del Grupo.
Seguidamente realizamos la construcción del inflado de globos.
Después siguieron las otras construcciones, la del alojamiento.
Despejamos las áreas tapadas por la nieve, con las topadoras que pertenecían al Escuadrón Técnico del Grupo 1 de Construcciones.
Instalamos los primeros tanques de combustibles para la futura usina.
Para realizar estos trabajos utilizamos una pequeña topadora D7 del Grupo 1 de Construcciones, que habíamos llevado.
Construimos el alojamiento del personal de las Dotación anual, las salas de radio, enfermería y además lugar donde se guardaban los vehículos Bombardier, entre otros equipos en el denominado Barrio Chino.
En un alto en las tareas, sacamos esta fotografía para el recuerdo, estoy junto al Cabo Principal Carreto y el Cabo Primero Quinteros.
Se hicieron perforaciones con martillos neumáticos, perforando el permafrost (capa de suelo, con sedimento o roca que con barro arcilloso que permanece congelado), logrando una profundidad de aproximadamente 1,20 mts para colocación de bases de hierro y su nivelación para futuras construcciones.
En el año 1975 un Rompehielos Norteamericano, quedo atrapado por los hielos e inmovilizado sin poder proseguir navegando y fue auxiliado por nuestro Rompehielos ARA General San Martin (Q-4), quien lo sacó del encallamiento, es ahí que permanentemente los norteamericanos concurrieron en helicópteros a nuestra base, donde intercambiamos experiencias vividas.
Con gran alegría festejamos la Navidad y Año Nuevo en nuestro primer edificio construido.
Al regreso al Continente, continuamos trabajando en el Grupo 1 de Construcciones, preparando los elementos y piezas que los instalaban otros Grupos de Trabajo, que eran instruidos aquí para cumplir con sus tareas en Marambio.
Con apoyo del Escuadrón Técnico y en los viejos camiones Mercedes Benz 332 transportamos desde Palomar a Rio Gallegos, provincia de Santa Cruz, los materiales estructurales para las construcciones que se estaban realizando en Marambio, que en ese entonces todavía no existía el Hangar Antártico, y todos los despliegues hacia la Base Marambio y materiales, se realizaban desde el viejo Hangar Luria, que pertenecía a la base de Rio Aérea Militar Rio Gallegos.
Las tareas fueron realizadas progresivamente con personal que permanecíamos aproximadamente entre tres y cuatro meses, para posteriormente ser relevados por otro grupo.
Las descargas de combustible, la recibíamos, en turnos diurnos y nocturnos en la playa, desde el ARA Rompehielos San Martín, recibiéndolas en barcazas de desembarco y luego colocadas en chinguillos para ser llevadas a la Base mediante helicópteros Bell 212 y trasvasado el combustible a tanques Pillos (Tanques de goma de gran capacidad).
En el año 1986, volví a integrar el Grupo de Trabajo en Marambio y tuve la satisfacción de volver a festejar la Navidad y Año Nuevo en las nuevas instalaciones de la Base.
Se trabajó en la recuperación de tanques de combustible proveedores de la usina, realizándose reparación, limpieza y refrescado de los mismos.
Se realizaron tareas de reacondicionamiento de la laguna que se utiliza durante el verano para abastecer de agua a la base.
Estamos sobre la capa de hielo sólida siendo perforada para traer agua líquida que se encuentra bajo la misma.
En esta tarea se quebró el hielo y me caí al agua, dada esta situación tuve que correr rápidamente hacia el alojamiento para cambiarme con ropa seca y no sufrir un congelamiento, convirtiéndose esta situación en un comentario más de esta anécdota.
Al terminar con las tareas de los tanques de combustible, nos dedicamos a la construcción de la nueva cloaca biodegradable, que se extendía bajo las construcciones.
Al terminar la primera etapa regrese a Rio Gallegos, donde se me informa que debo volver a Marambio y me recomiendan acompañar al nuevo personal designado para realizar y concretar la etapa final de la tarea iniciada.
Ampliación en un audio de lo narrado, ingrese a este enlace: https://ar.ivoox.com/es/51791520
Siempre recuerdo, cuando en una reunión con Antárticos, le preguntamos a uno de los integrantes de la Patrulla Soberanía, fundadora de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio de la Antártida Argentina (29 de octubre de 1969), que sentía cuando volvía a Marambio.
Nos dio una respuesta que nos hizo emocionar a todos; cuando nos dijo "Los primeros días del mes de noviembre de 1969, cuando regresábamos a bordo de un Twin Otter a nuestra unidad de origen, la Base Aérea Teniente Matienzo", sobrevolamos la meseta y se veía desde el aire la hilera de carpitas y otras sueltas, la figura del trazo de la pista y el mástil de caña colihue, donde flameaba la bandera Argentina.
En ese momento sentí una gran emoción y quedo grabada como una imagen en mis recuerdos y cuando vuelvo a Marambio al descender del Hércules y veo la base actual, con todas sus edificaciones, pasarelas, antenas, torre de control, etc., todo armonioso del mismo color y se me viene a la mente la imagen de 1969; siento una gran emoción, al comparar ésta con un hijo recién nacido y al ver Marambio actual lo comparo con este hijo ya grande, presentable y triunfador, que me llena de orgullo y me hace pensar y reconocer que esto se logró y es una realidad, gracias al trabajo y sacrificio de aquellos a quienes le pasamos la posta y que año tras años hicieron lo mismo por Marambio"
Al escuchar este relato sentimos la misma emoción, como la narrada, sabiendo que contábamos con otros medios técnicos a lo cual aquella gloriosa patrulla no los tenía y que tuvieron la satisfacción de ver aterrizar el primer avión de transporte en la primera pista natural de tierra en el Continente Antártico, que rompió su aislamiento.