Primer Vuelo Transpolar Transcontinental
3 de Noviembre de 1965
Dicen que para alimentar la esperanza es necesario despertar la memoria y por tal motivo queremos destacar que nuestro país cuenta desde hace más de cien años con dotaciones antárticas integradas por científicos y personal de apoyo a sus actividades, que en el cumplimiento de sus funciones, soportan el extremo riesgo que impera en esas latitudes, lo que hizo que dieran sus vidas más de cien Argentinos en cumplimiento de su misión.
No solo tenemos que decir que el Sector Antártico Argentino es nuestro, sino que hay que avalarlo con nuestro accionar y presencia en toda su extensión, así lo entendieron nuestros antecesores, uno de ellos el General Hernán PUJATO, al crear el Instituto Antártico Argentino, ampliando la actividad en la Antártida continental y brindando un importante asesoramiento para que la Argentina cuente con un buque polar, el que fuera el Rompehielos General San Martín, que hizo que nuestro país sea uno de los más destacados en el apoyo a la ciencia en la Antártida a nivel nacional e internacional.
Fueron los hombres y buques de la Armada Argentina quienes surcaron sus aguas, entorpecidas por sus hielos, descubriendo lugares aptos para las investigaciones científicas, instalando faros, balizas, refugios, bases, etc., dando crecimiento a las operaciones antárticas en nuestros mares australes, cuando no lo hacían los buques de otras banderas.
Tenemos que reconocer también, por parte del Ejército Argentino, las instalaciones de Bases continentales, algunas por debajo del Circulo Polar Antártico, conectándose entre ellas por medio de patrullas terrestres utilizando vehículos y trineos con perros, por sobre montañas, mar congelado, glaciares, barreras de hielo, con sus tan temidas grietas, explorando e instalando refugios y bases.
Fue muy importante el accionar de la Fuerza Aérea Argentina en misiones terrestres y aéreas desde mediados del siglo pasado, con la culminación de la instalación en el Continente Antártico de la primera pista de tierra, que rompió el aislamiento con nuestra Patria Blanca, pasando a ser la puerta de entrada de la Antártida.
Cabe destacar, que la llegada de argentinos al Polo Sur es de gran trascendencia porque no solo tenemos que decir que el Sector Antártico Argentino es nuestro, sino recorrerlo y explorarlo en su inmensidad, pisar su suelo, vivir sobre nuestra tierra, llegar hasta el último confín de la misma.
Así lo comprendieron aquellos que llegaron a él en riesgosas operaciones; el vuelo polar comandado por el Almirante HERMES QUIJADA (6 de Enero de 1962), la patrulla terrestre polar realizada con trineos tirados con vehículos especiales al mando del General Jorge Edgard LEAL (10 de Diciembre de 1965) y la realizada hace pocos años utilizando siete motos de nieve, al mando del Teniente Coronel Víctor FIGUEROA (5 de Enero de 2000), como así también el vuelo polar y transpolar (3 de Noviembre de 1965) comandado por el Vicecomodoro Mario Luis OLEZZA el cual recordamos en esta nota.
PRIMER VUELO TRANSPOLAR TRANSCONTINENTAL
Desde un principio la Fuerza Aérea Argentina comprendió el papel preponderante que la aviación tendría en el Continente Antártico.
Además de las importantes misiones de traslado de pasajeros, carga, correspondencia; rescate y evacuación de enfermos, reconocimiento glaciológico y meteorológico, apoyo a la ciencia en general, etc., siempre estuvo presente en la planificación de los hombres de la Fuerza Aérea la posibilidad de realizar vuelos transpolares con el objeto de abrir nuevas rutas aéreas que acercaran a la Argentina con otros países de Oceanía y Oriente a través de la Antártida.
El "Primer Vuelo Transpolar Transcontinental", que estuvo al mando del Vicecomodoro Mario Luis OLEZZA, líder y alma mater de esta empresa, se realizó en noviembre de 1965 por un avión bimotor Douglas C-47, matrícula TA-05, denominado "El Montañés", que había partido de la I Brigada Aérea con asiento en El Palomar, provincia de Buenos Aires, el 20 de septiembre de 1965 con destino a Río Gallegos en la provincia de Santa Cruz.
Este avión fue modificado y preparado para esta misión por ingenieros y técnicos argentinos, bajo la responsabilidad del Capitán Ricardo FERLUGA, que entre otras modificaciones se le agregaron en su cono de cola una turbina Turbomeca Marboré II del reactor de caza Morane Saulnier MS-760 París, y se le instalaron soportes para el empleo de cohetes Jatos para darle mayor empuje en el despegue y se transformó en una máquina aérea que tenia los tres tipos de impulsores que se conoce en el mundo; explosión, turbina y cohete.
Después de unos días en espera de condiciones meteorológicas favorables, el avión despegó rumbo a la Antártida con destino a la Base Matienzo, anevizando el 27 de septiembre; desde donde realizó algunos vuelos de reconocimiento y lanzamiento de carga y correspondencia en paracaídas sobre las bases Brown, Decepción y la Base Chilena Aguirre Cerdá.
Como en otras oportunidades, apoyaron la travesía del TA-05, los aviones Avro Lincoln matrícula B-022, el anfibio Grumman Albatros matrícula BS-02 y el Douglas C-54, matrícula TC-48, que mientras permaneció sobrevolando la Base Matienzo, arrojó en paracaídas 2500 kg. de carga sobre la barrera de Larsen que rodeaba la misma.
El día 2 de octubre de ese mismo año el TA-05, pese a que tenía inconvenientes técnicos en uno de sus amortiguadores, partió hacia la Base Belgrano, ubicada en la barrera de hielos Filchner en los 77º50'S y 38º32'W para realizar la búsqueda del avión Cessna 180 U-17A, matrícula AE-205 del Ejército Argentino, denominado "Alita de Cuero", accidentado en la ruta de la Base Belgrano a la Base Científica de Ejército Sobral, ubicada unos 420 km más al sur, trasladando en este vuelo al Coronel Jorge Edgard LEAL, que días después, comandó la primer expedición terrestre al Polo Sur.
Después de dos días de intensa búsqueda del avión accidentado y cuando quedaban pocas esperanzas de su localización, a 700 m del mismo, fueron localizados el piloto, Sargento Ayudante Julio Germán MUÑOZ, junto al Teniente Adolfo Eugenio GOETZ, Sargento Primero Adolfo Oscar MORENO y el Cabo Primero Isabel Leonardo GUZMÁN, quienes al no poder comunicarse se encontraban desahuciados al no saber que los estaban buscando e intentaban regresar a la Base por sobre la barrera de hielo, en una zona de grietas ubicadas a 86 km del punto de partida.
Ante la imposibilidad de realizar un anevizaje en el lugar, desde el TA-05 se les arrojaron cinco bultos con alimentos y equipos necesarios para la supervivencia que les permitió continuar la marcha; anevizando en la Base Belgrano, con el amortiguador izquierdo roto, pero con la satisfacción del deber cumplido.
Ante esta emergencia surgida por el TA-05, el avión cuatrimotor Avro Lincoln, matrícula B-002, cumpliendo la Orden de Operaciones "Socorro", después de un segundo intento despegó de la Base de Río Gallegos el día 29 de octubre de 1965, sobrevoló la Base Belgrano durante treinta minutos y arrojó varios bultos en paracaídas, entre ellos elementos necesarios y repuestos para reparar la avería del TA-05, regresando de esta proeza a Río Gallegos, después de haber recorrido por sobre mar y hielos 6700 km durante 20 horas y 37 minutos de vuelo.
Ese mismo día, con la información meteorológica de la ruta brindada por el avión Avro Lincoln B-002, se le unieron en la Base Belgrano al TA-05 los dos pequeños aviones monomotores DHC-2 “Beaver” matrículas P-05 y P-06, provenientes de la Base Matienzo, que cubrieron una distancia de 1800 km en 10 horas y 30 minutos de vuelo.
Antes de emprender el vuelo hacia el Polo Sur, el C-47 TA-05 y los Beaver P-05 y P-06, instalaron un depósito de combustible en los 84ºS y 40ºW, para el apoyo a la expedición terrestre Argentina, que había partido el 26 de octubre rumbo al Polo Sur.
El día 3 de noviembre de 1965 los tres aviones partieron de la Base Belgrano arribando al Polo Sur, a los 90ºS, después de 9 horas de vuelo, cuando la temperatura era de -55ºC, cumpliéndose así una hazaña sin precedentes, la primera etapa de esta arriesgada misión.
TRIPULACIÓN DEL AVIÓN DOUGLAS C-47 (TA-05) | ||
Comandante | Mario Luis OLEZZA | |
Capitán | Carlos Felipe BLOOMER REEVE | |
Primer Teniente | Roberto Cándido TRIBIANI | |
Suboficial Principal | Guillermo HAUSSER | |
Suboficial Ayudante | Miguel Amado ACOSTA | |
Suboficial Ayudante | Juan Carlos RIVERO | |
Cabo Primero | José Gerardo MATEOS | |
Sargento Ayudante (EA) | Julio Germán MUÑOZ | |
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Primer Teniente | Eduardo FONTAINE | |
Suboficial Principal | Juan Carlos NASONI | |
TRIPULACIÖN DEL AVIÓN DHC-2 BEAVER (P-06) |
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Comandante | Jorge Raúl MUÑOZ | |
Primer Teniente | Alfredo Abelardo CANO |
El Primer Teniente Alfredo Abelardo CANO al llegar al Polo Sur pasó a volar en el Douglas C-47 TA-05 y el Suboficial Ayudante Miguel Amado ACOSTA el Beaver P-06, quien regresó con este avión a la Base Belgrano.
Cabe destacar que esta hazaña en los hielos antárticos no tuvo la repercusión que merecía en la opinión pública en general, en virtud que en el Caribe, ocurría el accidente aéreo que enlutaba a los argentinos, donde desaparecieron a bordo del avión TC-48, su tripulación y pasajeros, entre ellos, más de medio centenar de jóvenes cadetes de la Escuela de Aviación Militar.
El 11 de noviembre el avión Douglas C-47, matrícula TA-05 continuó solo su vuelo transantártico con rumbo norte, hasta la estación McMurdo de los Estados Unidos, ubicada del lado opuesto al Sector Antártico Argentino, a las orillas del mar de Ross, donde anevizó después de 5 horas y 30 minutos de vuelo, completando de esta forma la primera travesía de la Antártida por parte de un avión argentino.
Días después, el 25 de noviembre el TA-05 despegó de McMurdo sobrevolando el Polo Sur, donde se le unió a los monomotores Beaver P-05 y P-06 que habían permanecido en la estación del Polo Sur; aterrizando en la Base Belgrano luego de recorrer 2822 km en un tiempo de vuelo de casi 14 horas, para finalmente regresar en vuelo a la Base Matienzo, Río Gallegos y Buenos Aires.
Los Beaver tuvieron que hacer escala en la Base Sobral debido a las condiciones meteorológicas adversas que se presentaron en la ruta y finalmente arribaron a la Base Belgrano el 28 de noviembre.
Luego de realizar algunos vuelos en la zona, los monomotores fueron desarmados y embarcados en el Rompehielos ARA "General San Martín" con destino a Buenos Aires.
El 8 de diciembre el TA-05 voló desde la Base Belgrano a la Base Matienzo y el día 18 de ese mismo mes cubrió la última etapa entre Base Matienzo y la Base Aérea Río Gallegos, completando así el Doble Vuelo Transpolar Transantártico y el apoyo a la primera Patrulla terrestre al Polo Sur, dando por terminada la Operación SUR-CAMA.
MISIÓN CUMPLIDA