El mejor amigo del hombre en la Antártida: el perro
Presentación de un informe sobre el mejor amigo del hombre,
"El Perro" en la Antártida, entre los años 1898 y 1922
Autor: Carlos Gustavo Fontana, Expedicionario al Desierto Blanco
Con la modesta intención de aportar al lector datos sobre las expediciones llevadas a cabo entre los años 1898 y 1922 en el Continente Antártico, debo destacar que en oportunidades el tratamiento dado a algunas expediciones excedió el tema específico: Los Perros.
Para su confección se tuvo en cuenta obras publicadas por reconocidos escritores para difundir el sacrificio y dificultades que debieron afrontar no solo los exploradores, entre otros nuestro Alférez de fragata José María Sobral, sino también sus fieles y sufridos caninos.
El período en análisis está considerado por varios autores como la "Edad Heroica de la Exploración de la Antártida", denominación dada como un reconocimiento a las dificultades que afrontaron los hombres y según mi modesta opinión también los perros.
Si bien se los siguió utilizando en expediciones posteriores a 1922 cuando con la introducción de vehículos terrestres y aéreos y medios de comunicaciones comenzó la "Edad Mecánica", su protagonismo en parte quedó relegado.
Se ha tratado de reunir datos sobre la cantidad, composición de las jaurías y uso que se hizo de los perros polares traídos desde el hemisferio Norte por los expedicionarios que a partir del año 1898 comenzaron intensivamente la exploración detallada de los mares y tierras antárticas; relevaron cartográficamente sus costas, se adentraron y dieron denominaciones a terrenos vírgenes, recogieron restos fósiles, aportaron ejemplares de distintos especímenes, clasificaron la flora y fauna y reunieron datos que fueron de mucha utilidad para distintas disciplinas científicas, se elevaron por vez primera dos globos aerostáticos y hasta llevaron el fuselaje de un avión para usarlo como tracción para los trineos, como colofón alcanzaron el Polo Sur Magnético y el Polo Sur Geográfico.
Para la realización de estas tareas y muchas más se valieron en su mayor parte de trineos tirados por perros siberianos, groenlandeses, malamutes y samoyedos que tuvieron un papel preponderante.
En muchos casos la vida de los exploradores dependió de la capacidad y resistencia de estos nobles animales. No podemos olvidar que en esta época 17 exploradores perdieron sus vidas; muchos cayeron con sus trineos y perros en profundas grietas, también hubo humanos y caninos que murieron por debilitamiento y otros fieles amigos debieron ser sacrificados para servir de alimento a hombres y perros, como una forma de combatir al temible escorbuto.
Para finalizar considero que no todo está dicho, solo se pretende aportar una modesta opinión sobre el desempeño de los nobles Perros Polares que hicieron posible muchas de las acciones y actividades humanas en el continente Antártico. Rindo a ambos actores mi respetuoso homenaje.
Me sentiré honrado y satisfecho si este escrito sirve en una pequeña escala a todos los que se interesan por el quehacer antártico. Muchas gracias.
Desarrollo de este informe, aquí: http://www.marambio.aq/pdf/elmejoramigodelhombre.pdf