Nuevo sitio histórico en la Antártida
Es el mojón Larsen, a 2 kilómetros de la Base Marambio
La Antártida, continente de hielo y roca, fue el último lugar de la Tierra en ser descubierto por el ser humano, hace tan sólo dos siglos, y permanece casi totalmente deshabitado.
Por esta razón, las huellas de los primeros pioneros antárticos poseen un extraordinario valor patrimonial para toda la humanidad.
Los sitios históricos del sexto continente son tan escasos, que, en toda su extensión, incluyendo las islas que lo rodean, nos encontramos con menos de cien.
Sin embargo, un nuevo sitio se ha agregado a aquella lista selecta gracias al trabajo impulsado por el Programa Antártico Argentino, impulsado por la Dirección Nacional del Antártico (DNA), por intermedio del Instituto Antártico Argentino (IAA).
Se trata del mojón de Larsen, un sitio en el que diversas expediciones de distintos países en diferentes momentos dejaron mensajes de su paso por ese remoto lugar, mientras esperaban por su rescate o buscaban sobrevivientes.
De esta forma, este nuevo monumento histórico se alza como un testigo de la exploración de aquellas regiones, como así también de la ciencia antártica, siendo un símbolo del nacimiento de la paleontología polar.
La historia del sitio comienza en el verano 1892/3, cuando el Capitán noruego Carl Anton Larsen explora aquella región con la idea de extender la industria ballenera al sur.
Larsen descendería entonces en lo que hoy conocemos como isla Vicecomodoro Marambio, en zona cercana a la base argentina, dejando allí las primeras huellas humanas.
Allí, recolectó algunos fósiles de invertebrados, que luego serían los primeros de la Antártida en ser estudiados.
Antes de partir, instaló en la isla un mojón de piedras con un poste de dos metros en el que escribió el año y el nombre del barco de la expedición, Jason.
Cairn (mojón) Larsen en 1945
Diez años después, aquellos fósiles atraerían a otro gran explorador escandinavo, el Doctor Otto Nordenskjöld, geólogo líder de la Expedición Antártica Sueca 1901-03, embarcada en el buque Antarctic, piloteado por el mismo Larsen.
Esta expedición, que tuvo ayuda del Estado argentino, contó con un grupo de seis invernantes, entre los que se encontraban Nordenskjöld y el alférez de la Armada Argentina José María Sobral.
Expedición Antártica sueca
Estos invernantes debían desarrollar actividades científicas durante un año en la isla de Cerro Nevado, cercana a la isla Vicecomodoro Marambio.
Sin embargo, cuando el buque Antarctic intentaba traerlos de regreso un año después, a principios de 1903, los hielos terminaron hundiéndolo.
Buque "Antartic" navegando y hundiéndose
Los invernantes, así como los náufragos debieron sobrevivir otro invierno en aquel continente.
En busca de alguna señal de rescate, Sobral con uno de los científicos suecos se acercaron al norte de la isla Vicecomodoro Marambio y encontraron aquel viejo mojón, dejando grabados también sus nombres y la fecha, octubre de 1903.
Cairn (mojón) Larsen en 2016
Días después, aquel solitario mojón tendría nuevamente un rol protagónico en la historia heroica de la Antártida, al ser encontrado por tripulantes de la corbeta ARA Uruguay, bajo el mando del teniente de navío Julián Irízar.
La República Argentina había enviado esta expedición de rescate ante la falta de noticias de la expedición sueca.
Los marinos supieron por las inscripciones en el poste que su compatriota y el científico sueco se encontraban con vida, por lo que dejaron una nota informando que continuaban con la búsqueda, encontrándolos días después más al sur.
Luego de ese épico rescate, el mojón, solitario y precario sistema de correo antártico, debió esperar cuarenta años hasta recibir una nueva visita, cuando expedicionarios británicos de una operación secreta en la Segunda Guerra Mundial, lo encontraron y fotografiaron, además de tomar la nota dejada por los marinos argentinos.
Tanto aquella nota como el mojón permanecerían en la oscuridad de la historia, pero todo cambiaría en febrero de 2016 cuando un grupo de trabajo compuesto por el historiador del Instituto Antártico Argentino, Dr. Pablo Gabriel Fontana (*) y el Suboficial Mayor Guillermo Aguilera Meneses y Sargento Cristián Rodolfo Rojas, lograría localizar aquel valioso sitio, luego de una extensa búsqueda en el terreno con apoyo de la Base Marambio y de una investigación histórica que también dio como resultado el hallazgo de la nota dejada por los marinos argentinos, que se encontraba en el archivo del Scott Polar Research Institute, sin catalogar.
Este histórico mojón, se encuentra ubicado en las coordenadas 64°14'13.06" Sur y 56°35'7.50" Oeste, a dos kilómetros de las instalaciones de la Base Marambio en dirección ENE (76˚) y a 230 metros al SES de la Baliza Chávez, a 40 metros sobre el nivel del mar y a 70 metros de la costa.
Desde el mojón, puede verse parte de la Base Marambio, puerta de entrada aérea en la Antártida, desde la cual los helicópteros despliegan los campamentos de científicos argentinos, que, entre otras disciplinas, continúan con el desarrollo de la paleontología antártica de invertebrados, nacida en aquel mismo sitio hace más de cien años.
Gracias al trabajo conjunto de científicos y diplomáticos argentinos, el mojón de Larsen permanecerá protegido y difundido como nuevo Sitio y Monumento Histórico del Tratado Antártico aprobado con el número 94 el pasado 11 de julio por la reciente 42 Reunión Consultiva del Tratado Antártico a partir de una propuesta conjunta de la Argentina con Noruega, Suecia y el Reino Unido, simbolizando los logros de la ciencia y la cooperación internacional, pilares fundamentales del Programa Antártico Argentino.
Fuente: CANCILLERÍA ARGENTINA
(*) Dr. PABLO FONTANA
del Instituto Antártico Argentino (IAA)
Es Doctor en Historia por la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA).
Jefe del Programa de Ciencias Sociales y Humanidades de la Coordinación Científica del Instituto Antártico Argentino (IAA).
Comenzó sus actividades en la Antártida en 2015 y su área de trabajo incluye la puesta en valor del patrimonio histórico antártico de la Argentina, el Proyecto de historia oral sobre la historia antártica argentina (previa al Tratado Antártico), el armado del Archivo Digital de Fotografía Histórica del IAA y la recuperación del patrimonio cinematográfico antártico de la Dirección Nacional del Antártico (DNA-IAA).
Asesora a la Dirección del IAA en cuestiones vinculadas a toponimia antártica.
Participa del Grupo de Expertos del Comité Científico para la Investigación Antártica (en inglés: SCAR o Scientific Committee on Antarctic Research) de Humanidades y Ciencias Sociales.
Es autor del libro La Pugna Antártica: narra el conflicto por el sexto continente 1939-1959 (2014), como así también de publicaciones científicas en asuntos de historia antártica.
Recibió premios de carácter nacional por sus actividades de puesta en valor del patrimonio histórico antártico de la Argentina.
En dos ocasiones fue becado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y por el Servicio de Intercambio Académico Alemán y presento artículos en instancias académicas internacionales, como los Encuentros de Historiadores Antárticos Latinoamericanos, junto a su labor historiográfica convive su pasión por el montañismo de altura.
También publicó en nuestro sitio www.marambio.aq una nota relacionada con la "Operación Tabarin - A 70 años del asalto británico a la Antártida", cuya ponencia la había presentado en el XIII Encuentro de Historiadores Antárticos Latinoamericanos en octubre de 2013 en la Ciudad de Ushuaia, actividad que compartió con el Presidente de la Fundación Marambio.