DISCURSO PRONUNCIADO EN EL CONGRESO
EL 24-NOV-2009 POR EL COMODORO VGM-EDB (R) Francisco Florencio MENSI
Me toca a mi circunstancialmente estar en este lugar.
Eso lo sabemos todos quienes hace 40 años hemos integrado la Patrulla Soberanía y la Dotación Antártica 1969.
Este es el lugar de Oscar José POSE ORTÍZ de ROZAS.
Era nuestro jefe y como decimos los antárticos y los aeronáuticos, cuando no queremos aceptar las duras realidades que nos impone la vida, a nosotros los mortales; decimos "se fue de patrulla" o bien, "esta en vuelo".
En un viaje del que materialmente jamás se vuelve y esta junto a OLEZZA, KLOCLER, AYALA, GALLARDO, GARCÍA, MEDINA, SCHENONE, FERRARI, SORIA y MIGNANI.
Todos ellos están igualmente aquí presentes con nosotros porque junto a sus familiares somos hoy los destinatarios de este reconocimiento.
Reconocimiento que se nos brinda a los expedicionarios antárticos de la Patrulla Soberanía, razón por la que en nombre de todos agradezco a quienes tuvieron esta iniciativa.
Agradezco porque nos hacen sentir que nuestra tarea trascendió. Que no fue un esfuerzo inútil o un esfuerzo más.
Debemos entonces ser justos y decir con total claridad que hemos sido la herramienta del alma matter de esta expedición.
La herramienta que utilizo Mario Luis OLEZZA.
Él sabia que se podía y que era el momento justo para hacerlo. Nos tenía a nosotros cerca del objetivo, a solo 300 km.
Nosotros sellamos nuestras vidas con los episodios que juntos vivimos no solo en la Patrulla Soberanía y por las dificultades afrontadas en esa expedición sino todo aquello que en ese año 1969 vivimos ya que Marambio no fue nuestra única tarea.
Fueron situaciones grabadas a fuego.
Episodios inolvidables.
Cuando fuimos seleccionados, en 1968, para integrar las Dotaciones Antárticas de 1969 no sabíamos de los planes de Fuerza Aérea con Marambio. Era sólo un murmullo.
Cuando estando en Antártida en agosto de 1969, es decir cuando ya hacia 9 meses que estábamos en ese continente, llego el momento.
Todos queríamos integrar la Patrulla Soberanía pero nuestra Base Matienzo debía seguir funcionando. Era nuestro sostén logístico pero turnándonos en la medida que fue posible todos estuvimos hasta concluir con la tarea.
Quiero destacar que tampoco quedamos aferrados al recuerdo o esperando reconocimientos.
Siempre consideramos que aquello fue en cumplimiento del deber que en ese momento se nos impuso, ya que por sobre todo fuimos y seguimos siendo soldados de nuestra querida Fuerza Aérea Argentina.
Ese recuerdo no nos inmovilizó o dicho de otro modo no nos dejó anclados en el pasado.
Cada uno de nosotros pensamos y actuamos en nuevas cosas.
Cada uno de nosotros en estos 40 años pasados tuvo y concretó otros sueños.
Vivimos otras realidades venciendo o afrontando inmensas dificultades en lo personal y en lo profesional pero las vivencias de aquel tiempo nos mantuvieron vivos e intactos en el recuerdo.
Ocurrió que cuando llegamos a Antártida no la conocíamos pero a la hora de volver la trajimos con nosotros.
Lo que hoy contamos no es fantasía producto de nuestras edades...o que, dado el tiempo transcurrido están distorsionadas.
Son todas realidades que pueden estar o no documentadas pero realidades que a nosotros sí nos importan aunque pueden no ser importantes para otras personas.
Ocurre que las vivencias son intransferibles.
Hay fuertes recuerdos, emotivos, grandes tristezas y alegrías. Cumpleaños, Navidad, Año Nuevo, desgracias personales que sucedían, lejos, aquí en el continente alrededor de nuestros seres queridos.
Todo esto esta reflejado en las letras de las canciones que componía y nos cantaba Hugo FERRARI, acompañado con guitarras y bombos por FIORAMONTI, SISSOY y MIGNANI y que los memoriosos todavía hoy tenemos el privilegio de recordar.
Claro...en aquel entonces no queríamos darle importancia porque la verdad era que con su canto tocaba las fibras mas intimas de cada uno. Y no era de hombre dejar caer una lágrima y aun menos de hombre antártico.
Letras tales como:
"Veo nevar en Matienzo...Los rostros queridos veo en el blanqueo...son rostros que vuelan igual que el skúa pero un poco mas lejos, mas allá del Drake..."
O
aquella otra que decía: "Va entre nubes eternas, va el aviador..."
Aquello, Antártida y nuestra permanencia en ella fue una fantasía de la juventud.
Una fantasía mucho más fuerte que un puñado de dinero extra que por cierto a todos nos vino bien.
Éramos jóvenes...muy jóvenes, entre 22 y 35 años.
Yo tenía 25. Tenía novia, que hoy esta allí. Llevamos 40 de casados.
Tenia padre, hermanos y amigos. Otros tenían también esposa e hijos, incluso hijos con alguna dificultad de salud.
Fue un sueño de la juventud, hecho realidad.
Una ilusión que nos daba esperanzas.
Un sueño de muchos pero privilegio de pocos, privilegio para nosotros, en este caso para los que fuimos seleccionados.
Mario Luis OLEZZA alguna vez dijo en esas interminables charlas, entre mate y mate, allá en la cocina de Matienzo, en las largas noches antárticas (cosas que después las escribió).
Decía que: "La fantasía es la madre de las realidades futuras y que el vuelo es un ejemplo claro y positivo de esa fantasía hecha realidad."
Decía: "Cuando se pierde la ilusión, se pierde la esperanza y con ello el futuro. Se derrumba el presente y se hace inútil el pasado."
La Base Marambio fue fantasía de la Fuerza Aérea Argentina y de OLEZZA; y es una realidad del presente.
Aquello no fue gratuito.
No fue fácil. Los fríos extremos, los intensos vientos, los víveres escasos, nuestras carpas y los siguientes esfuerzos de quienes nos sucedieron hasta el presente son los mudos testigos de mis afirmaciones.
Afirmaba un periodista de Clarín en una nota de despedida al Vicecomodoro Olezza:
"Era un argentino de esos que no se reponen, que dejo huellas."
Y yo agrego diciendo que:
"La calidad humana y el hondo patriotismo que lo inspiraba hizo posible que la Patrulla Soberanía hoy reciba este homenaje que una vez mas agradecemos profundamente a quienes tuvieron esta iniciativa."
Repito que lo nuestro esta enmarcado en lo que se denomina “el cumplimiento del deber."
Gracias a todos y hasta siempre.
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