Discurso en la II Brigada Aérea de Paraná, Entre Ríos en el
Día del Tripulante de Transporte Aéreo (2014)
Palabras del presidente de la Asociación de Tripulantes de Transporte Aéreo (ATTA)
Brigadier (R) VGM Marcelo Noel URIONA
"Autoridades presentes, señoras y señores:
El día 29 de septiembre es un día muy importante para la provincia de Entre Ríos y también para la Asociación de Tripulantes de Transporte Aéreo, ya que festejamos la fecha de nuestro patrono San Miguel Arcángel.
Juan José Antonio Segura fue un historiador y escritor argentino, que escribió la "Historia Eclesiástica de Entre Ríos publicada en 1964, en donde asevera que la devoción al Arcángel San Miguel en Entre Ríos, estaría ligada a la presencia en estas tierras de la Compañía de Jesús.
La ciudad de La Bajada del Paraná, bajo la advocación de la Virgen del Rosario, estaba enclavada en lo que había sido la estancia jesuítica de San Miguel, donde hubo un oratorio dedicado al príncipe de los arcángeles, y su devoción venía de muy antigua data.
De forma tal que, con el tiempo las devociones a San Miguel y a la patrona fundadora de Paraná la Virgen del Rosario, llegaron a confundirse, llevando al deán Francisco Dionisio Álvarez, a concebir la idea de llamar a la feligresía a una votación para determinar quién sería patrono de la provincia y quién el patrono de la ciudad de Paraná: así se hizo el 1º de enero de 1825, y la Virgen del Rosario fue desde entonces patrona de Paraná, y San Miguel Arcángel, patrono de la provincia de Entre Ríos.
La Asociación de Tripulantes de Transporte Aéreo fue fundada el 24 de noviembre de 1992, para fomentar los lazos de amistad, camaradería y solidaridad entre el personal que integró o integra las tripulaciones de Transporte Aéreo de la Fuerza Aérea Argentina.
El Brigadier General Juan Francisco Fabri, quien fuera Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina en 1955 y socio fundador de nuestra institución hasta su fallecimiento en el año 2008, fue quien propusiera la figura del Arcángel San Miguel como protector de la Asociación de Tripulantes, por encontrarse bajo su advocación, la parroquia del Barrio aeronáutico de la I Brigada Aérea del Palomar.
Esta propuesta fue aceptada por los precursores de la Asociación, al considerar que la obediencia y fidelidad de San Miguel al mandato divino, tenía cierta semejanza con los valores que sustenta a nuestras tripulaciones en el cumplimiento del deber.
Por este motivo establecieron como lema para el escudo que nos identifica “Fidelis e Ubiques” es decir, Fidelis o fiel al mandato divino, porque las tripulaciones de transporte aéreo siempre son fieles a Dios, a la Patria y a la Fuerza Aérea, y es Ubique porque ellas estarán siempre en el lugar donde se las envíe a cumplir una misión.
Es por ello oportuno hacer algunas reflexiones sobre esta fiesta de la cristiandad y su relación con el Día de la Aviación de Transporte Militar y del Tripulante de Transporte Aéreo.
Desde 1970, la Iglesia Católica celebra el 29 de septiembre el Día del Arcángel San Miguel, ser espiritual que cumple misiones especiales entre DIOS y los hombres. La sagrada escritura habla explícitamente de su existencia y determina las funciones que cumple.
Según el antiguo testamento, era el protector de la sinagoga para los judíos, y a partir de los primeros siglos de la era cristiana, la Iglesia Católica lo venera como custodio, porque es el Jefe de las Milicias Celestiales en su lucha contra el mal y defensor de la justicia.
De allí que se lo represente como un ángel alado vestido con armadura de soldado centurión que amenaza al demonio a sus pies, con una espada en la mano derecha y en la izquierda una balanza.
Esta representación del soldado alado tiene en nosotros, los tripulantes de transporte aéreo, una similitud que nace fundamentalmente del espíritu de pertenecer a una Institución, cuyo valor más sagrado es la defensa de la Patria a través del aeroespacio.
La representación de la justicia nos incluye en la necesidad que nuestros actos, en el accionar diario, no pueden darse sin su contenido, no sólo porque somos soldados, sino también por nuestro compromiso con la sociedad. No puede ejercerse el mando sin el equilibrio de las emociones y decisiones que deben guiar nuestro proceder.
La figura del demonio a los pies del ángel, nos indica el triunfo del bien sobre el mal, de la verdad sobre la mentira, de la honradez profesional sobre la obsecuencia y de la virtud sobre las debilidades.
Estos conceptos espirituales son la guía de nuestro desempeño, no sólo como militares de la Fuerza Aérea, sino como hombres de bien.
Desde su creación la Fuerza Aérea tuvo como misión el uso del medio aéreo como elemento ofensivo y defensivo, como también la capacidad de establecer comunicación a lo largo del país, para asegurar nuestra soberanía y mantener los lazos necesarios entre todos los habitantes de la Nación.
La aviación de transporte llenó este espacio, en una labor fundacional reconocida hoy por toda la sociedad.
El desarrollo de los medios y la tecnología nos ha permitido continuar con esta tarea y ampliarla operativamente en usos específicamente militares, llevando medios hasta el frente mismo de combate, a través de un asalto aéreo, lanzamiento de personal o carga y facilitando la operación de otros medios ofensivos con el reconocimiento aéreo, el reabastecimiento en vuelo y el apoyo logístico.
Para cumplir con estas responsabilidades primarias preparamos a nuestros oficiales y suboficiales con la capacitación profesional que los tiempos y medios modernos exigen y les inculcamos el necesario espíritu de equipo para que se sientan orgullosos de pertenecer a esta especialidad.
Las adversidades en situaciones de crisis, ya sea por la presencia del enemigo o por las deficiencias técnicas o presupuestarias, son superadas no solo por los valores éticos y morales que nuestros tripulantes poseen, sino también por la pasión, dedicación, esfuerzo y entrega que ponemos en nuestra actividad.
Este compromiso que asumimos al iniciarnos en la aviación de transporte, perdura a lo largo de toda nuestra carrera profesional y nos permite alcanzar la plenitud del soldado: “La satisfacción del deber cumplido” , logrando a través de la sumatoria de emociones, camaradería, solidaridad y amistad que se amalgaman en una tripulación de vuelo, enaltecer la honra y la gloria de la Fuerza Aérea.
Esta ceremonia en la que estamos participando es la consumación de ese compromiso, hoy vemos que la carrera profesional de cada uno de los tripulantes que ha cambiado de etapa, se va cumpliendo de acuerdo con las exigencias que las normas de adiestramiento imponen, las expectativas que se tuvieron cuando iniciaron esta especialidad, se están concretando y la satisfacción personal por los logros alcanzados los debe llenar de orgullo.
De igual modo quiero hacer un reconocimiento a los tripulantes que han recibido la Distinción Brigadier General Parodi, los oficiales y suboficiales designados para hacerse acreedores de este premio han sido elegidos por sus méritos profesionales y personales.
Es uno de nuestros objetivos como Asociación reconocer la labor meritoria de quienes se destacan en el accionar diario por su idoneidad, dedicación y espíritu de servicio.
Ello les impone el compromiso de mantener el esfuerzo para que sirva de estímulo y ejemplo para todos los integrantes de la unidad.
Finalmente quiero hacer un breve reconocimiento de esa entrega en defensa de la Patria, a las tripulaciones de Transporte aéreo de esta unidad, que durante la guerra de Malvinas cumplieron con aeronaves Learjet 35A, las riesgosas misiones de Exploración y reconocimiento, que permitieron obtener valiosa información sobre el enemigo, para planificar las acciones de ataque a la flota y también, operaciones aéreas de engaño o diversión, para inducir al error a la defensa aérea de los buques y atraer sobre sí las patrullas de aviones Harrier, permitiendo la irrupción de nuestros aviones de combate sobre los blancos navales.
Esto funcionó en muchas oportunidades, y no sólo desgastó la defensa enemiga, sino que también facilitó la sobrevivencia de los pilotos de combate, pero el 7 de junio una escuadrilla de estos valientes tripulantes fue atacada con misiles Sea Dart del destructor HMS Exeter y derribó al guía de la formación cobrándose la vida de los cinco tripulantes, hoy Héroes Nacionales.
Hacia ellos nuestro reconocimiento por su entrega cuando la patria se lo reclamó.
Finalmente invoco a nuestro patrono San Miguel Arcángel, príncipe de la luz y jefe de las milicias celestiales, para que cumpla una misión especial ante Dios nuestros Señor, fuente de toda sabiduría y justicia, para que proteja a nuestra especialidad y guíe a nuestros tripulantes por el camino correcto y permita que nuestros vuelos siempre lleguen a buen destino.
Muchas gracias."