En el Día del Tripulante de Transporte Aéreo
Discurso del Brigadier Mayor (R) VGM
Horacio Armando OREFICE
2 de octubre de 2019 - I Brigada Aérea de El Palomar
"El 29 septiembre se celebró coincidentemente con la festividad de San Miguel Arcángel, nuestro santo Patrono, el día de la Aviación de Transporte Aéreo Militar y día del Tripulante de Transporte Aéreo.
Año tras año, la Asociación de Tripulantes de Transporte Aéreo (ATTA) hace un alto en su marcha para para irrumpir en la cotidianidad de las actividades en alguna de las unidades vinculadas con el transporte aéreo para poder cumplir con algunas de sus normas estatutarias como la de 'Conservar y acrecentar el acervo histórico a través del relato de todas las actividades relacionadas con el transporte aéreo ,fomentando el espíritu de camaradería entre el personal activo y retirado, difundiendo el estado actual de desarrollo de capacidades y tareas efectivamente realizadas y, por sobre todo, valorando aquellas que jalonaron a lo largo del tiempo una historia mundialmente trascendente a los ojos de todos.'
Por supuesto que la ATTA, no hace esto sola, sino a través del continuo mantenimiento de sus relaciones con las otras Asociaciones a las que hoy agradezco de manera especial su presencia, que son las que con fines similares enriquecen y siguen dando vida y sostenimiento a ese tronco histórico común que es la Aviación Argentina.
Hoy, nos encontramos aquí, en El Palomar, sede de la Primera Brigada Aérea y Cuna de la Aviación Nacional, en donde el tiempo y los cambios, no han podido borrar sobre el suelo que hoy pisamos, los hechos que aquí, y desde aquí, forjaron la historia de la Aeronáutica Argentina.
Este suelo, trasmite mucho más, que lo que el paso del tiempo y de los cambios pudieron lograr.
Desde aquí, los primeros, en imaginar el futuro que la aviación tendría, comenzaron a hacer realidad sus sueños, y mediante entusiasmo y sacrificios, produjeron proezas, a las que el mundo reconoció como tales.
Año tras año, y como capas sucesivas de una perla un sedimento de valor, de esfuerzo, y de perseverancia se suma de manera constante a la historia de nuestra Fuerza Aérea, en el reconocimiento de los tripulantes de hoy,
Es la suma de estas acciones, que, por repetidas en el tiempo, son las que dan verdadero brillo a nuestra institución.
Se viven momentos difíciles…siempre lo fueron….
Por una u otra causa, siempre, hubo que enfrentar momentos de zozobra y requirió que los mejores entre nosotros, nos marcaran el rumbo, y con su ejemplo en muchos casos a riesgo de su vida y a través de enfrentar situaciones límites, realizaran acciones fuera de lo común, extraordinarias, y en algunos casos, heroicas.
Reconocer, como tripulantes distinguidos, aquellos que, por sus méritos y actuación dentro de los Sistema de Armas (SSAA) de la unidad, han sido seleccionados, es una de las tareas importantes de la Asociación.
El premio que la Asociación de Tripulantes de Transporte Aéreo, entrega, lleva el nombre del Brigadier General Antonio Parodi, y es una distinción que se otorga en contadísimas oportunidades, y solo en reconocimiento por servicios distinguidos, en mérito al esfuerzo, a aquellos que, a juzgar por sus superiores y camaradas se han desempeñado de manera destacada, durante un período, en cada una de sus especialidades dentro de su SSAA.
Ese reconocimiento genera en quien lo recibe, un comportamiento y una dedicación ejemplar para con el resto de sus camaradas, porque habiéndose hecho acreedor al mismo, lo obliga aún más, merced al esfuerzo, a ser ejemplo, a través del cual, otros asimismo serán motivados en el cumplimiento institucional, del servicio a la Patria.
En este mismo lugar, en el que hoy estamos reunidos, y como verdadero ejemplo que los hombres cambian, pero el suelo patrio permanece, hace exactamente 100 años, los capitanes Antonio Parodi y Pedro Zanni, junto al teniente Benjamín Matienzo, como tripulantes distinguidos de la época planeaban una misión que con los elementos tecnológicos del momento parecía imposible de ser realizada: "el doble cruce de la Cordillera de los Andes por el camino de las cumbres más altas"
En ese momento, hacia 100 años, que el General D. José de San Martin había realizado esa misma proeza por tierra, con su Ejército Libertador.
Aquellos eran momentos difíciles…. siempre lo fueron….
Por una u otra causa hubo que enfrentar períodos de incertidumbre, los que también requirieron que los mejores en ese momento, marcaran el rumbo, y con su ejemplo e iniciativa en muchos casos arriesgando la vida y enfrentando la muerte llevaran a cabo acciones heroicas.
Haciendo memoria, recordaremos, que el primero en cruzar la Cordillera, en abril de 1918, pero en cotas más bajas a la altura de Zapala, fue el teniente Luis Candelaria.
El 08 de marzo de 1919, con un Nieuport C28 de 165 hp donado por la Delegación Francesa, y con su mente puesta en la cordillera, Antonio Parodi había alcanzado 6480 metros superando así el récord de altura en poder del malogrado Jorge Newbery.
En los últimos días de mayo de ese año, se produce un primer intento de cruce de los gigantes nevados, era un día de fuertes vientos del sector oeste, y por causas técnicas, primero Parodi y luego Zanni regresan.
Pero Matienzo continúa, ya comprometido en medio del cruce y entendiendo que no alcanzaba su objetivo, aterriza de emergencia en plena cordillera, y en su caminata hacia el poblado más próximo, pierde su vida.
No estaría de más recordar, la ausencia del oxígeno para volar a esas cotas, de ropa adecuada como hoy la conocemos para un vuelo desarrollado por encima de 6000 metros y de la fragilidad que tenían esas máquinas, apenas más pesadas que el aire.
Parodi y Zanni, un año después, el 9 de marzo de 1920, inician el doble cruce de los Andes, quedando demostrado que tiempo y esfuerzo son esenciales para cualquier logro.
Faltaban escasos minutos para las 6 de la mañana, cuando el avión de Zanni despegó en un día que prometía ser diáfano y sereno, tres minutos después lo hizo el avión de Parodi.
En pleno vuelo, el avión de Zanni comenzó a registrar inconvenientes.
La misión que había sido planeada, para realizarla juntamente con su compañero y amigo se veía comprometida en su ejecución.
Parodi que había recorrido ya la mitad de su camino de ida, advirtió que Zanni no lo acompañaba y decidió su regreso para socorrer a su numeral donde un hecho trágico era presumible.
Llegando al punto donde Zanni se encontraba aterrizado, y ante las señales de éste, confirmando de que todo estaba normal, Parodi retoma la ruta, cruza la Cordillera, y sobrevolando la Ciudad de Santiago por varios minutos, esparce una cantidad de pequeños papeles, en los que se hacía referencia a la hermandad argentino-chilena, para poner posteriormente proa a Mendoza en su cruce de regreso y aterrizar en los Tamarindos después de 4 horas, 32 minutos de permanencia en el aire.
No aceptar los honores a su regreso, de manera previa, hasta que su compañero completara días después, la misma hazaña, fue una muestra de su integridad de carácter y clara conciencia del espíritu de equipo que animaba a Antonio Parodi.
La vida del señor Brigadier Parodi, primer piloto en dedicarse a la acrobacia aérea en el block sudamericano, primer jefe de una escuadrilla de caza y ataque y precursor de Líneas Aéreas del Estado, está repleta de hechos tan importantes y trascendentes, que solo la enumeración de estos alargaría innecesariamente estas palabras.
Pero en su larga vida, todo fue un ejemplo de grandeza,
Grandeza, sustentada en dos pilares básicos, en la generosidad y en el coraje.
Generosidad que es el trascender los límites mezquinos de sus propios intereses.
Y el coraje que es la capacidad de haber llevado, hasta las últimas consecuencias, una decisión.
Así se extraen conclusiones de lo que significó para él darle el verdadero valor al tiempo, que el triunfo se logra a través de la perseverancia, en donde el perfeccionamiento del talento se consigue a través del mérito del carácter y de la influencia del ejemplo.
Y que la obligación que genera el deber hace que sea un placer, el poder unirse con otros en el trabajo de un equipo.
Los romanos se referían a la Historia como "la maestra de la vida"
Son sus ejemplos, sin duda, como lo de tantos otros, los que alentaron de manera significativa, que 37 años atrás en el Conflicto del Atlántico Sur, precisamente durante la Batalla Aérea por Nuestras Malvinas, se hayan registrado acciones de valor, en donde la voluntad de vencer, el perseverar en los objetivos o el socorrer al camarada en peligro o en riesgo de perder su vida, fueran hechos corrientes.
Así lo entendieron los tripulantes distinguidos, de esa época, que pudieron sostener un Puente Aéreo que operó a pesar del bloqueo enemigo desde el comienzo del Conflicto hasta escasas horas de la finalización de este, en donde no importó, internase dentro del campo principal de combate para permitir que un Halcón herido pudiera retornar a su base, y que eso tenía verdadero sentido, porque todos éramos una misma Fuerza.
Y que utilizar un Boeing 707 o un lento y pesado avión de transporte para cumplir misiones marcación de blancos navales enemigos, o armar con bombas a ese mismo transporte, con el objeto de interdictar y destruir sus líneas de abastecimiento, también tenía sentido porque existía el claro e íntimo convencimiento/ de utilizar todos los medios disponibles a nuestro alcance, para obtener la victoria.
Todas proezas, que, sustentadas por un pasado común, afloran según las circunstancias, en donde los mejores entre nosotros, siguen mediante sus acciones marcando el rumbo.
Fueron momentos difíciles, siempre lo han sido
Los héroes no son seres extraordinarios, por el contrario, son personas comunes que, consustanciadas con su manera de ser, y bajo ciertas circunstancias, son capaces de realizar cosas extraordinarias.
Pero hoy, hablamos de cosas más simples, porque para hacer lo cotidiano de manera extraordinaria, no hace falta ser un héroe, sino verdadero compromiso institucional.
Al reconocer a los tripulantes de hoy, la ATTA, hace votos, para que, con el recuerdo de las glorias de ayer, motivados con este reconocimiento, estén impulsados a la realización de cosas extraordinarias en estos tiempos difíciles, porque siempre lo han sido.
Finalmente quiero manifestar mi alegría, la satisfacción de la comisión directiva de la Asociación, y la todo el personal de socios, por el apoyo recibido por las más altas autoridades de la Fuerza, que frente otras obligaciones, hoy nos han acompañado.
Agradecer a los Señores jefes de la II Brigada y de la IX Brigada aérea, que, con sus respectivos jefes de grupo, que han podido participar de esta celebración.
A los señores Veteranos de Guerra, superiores y subordinados en aquellos aciagos momentos, camaradas todos, que a través de los recuerdos de los hechos vividos han formado una verdadera hermandad.
Al señor jefe de la l Brigada Aérea y a todo su personal, que ha posibilitado que esta ceremonia tuviera este impecable marco en la Cuna de la Aviación Nacional.
Y por qué no, agradecer al señor Brigadier General Antonio Parodi, que habiendo fallecido y estar depositadas sus cenizas aquí en la Parroquia San Miguel Arcángel de El Palomar, sigue vivo al lado nuestro, hablándonos, a través de sus ejemplos.
Quiero finalmente agradecer al Buen Dios, que ha permitido que estemos todos reunidos en el día de hoy, y a través de la rememoración de la vida y hechos de nuestros predecesores permita que continuemos en ese camino, y peticionar a su Madre Santísima, como intercesora en la advocación de Loreto, para que vele y proteja a las Alas de nuestra Patria."