Día del Gaucho
6 de Diciembre

Esta fecha se recuerda el 6 de diciembre de 1872, cuando apareció la primera edición del Martín Fierro, de José Hernández, a la que siguió en 1879 “La vuelta de Martín Fierro”.

Cabe aclarar que no existe absoluta certeza sobre el origen de la palabra “gaucho”, pero se sabe que la utilizaron el Río de la Plata y en Brasil.

Es probable que el vocablo quichua huachu (huérfano, vagabundo) haya sido transformado por los colonizadores españoles utilizándose para llamar gauchos a los vagabundos y guachos a los huérfanos.

También existe la hipótesis de que los criollos y mestizos comenzaron a pronunciar así la palabra chaucho, introducida por los españoles como una forma modificada del vocablo chaouch, que en árabe significa arreador de animales.


La denominación se aplicó generalmente al elemento criollo (hijos de españoles) o mestizo (hijos de españoles con indígenas), aunque sin sentido racial sino étnico ya que también fueron gauchos los hijos de los inmigrantes europeos, los negros y los mulatos que aceptaron su clase de vida.

El ambiente del gaucho fue la llanura que se extiende desde la Patagonia hasta los confines orientales de Argentina, llegando hasta el Estado de Río Grande del Sur, en Brasil, donde los denominan “gaúcho”.

El proceso evolutivo del gaucho y el uso de esa palabra se desarrolló sin solución de continuidad.

Distintos tipos de gaucho existieron en Argentina antes de 1810, es decir antes de ser conocidos con ese nombre.

Peones de campo existieron desde que comenzaron a formarse las primeras estancias, aunque hayan sido pocas al principio.

Otro tipo, que luego se llamó gaucho alzado, existió en reducido número, pero no fueron los primitivos peones ni los "fuera de la ley" quienes le dieron la característica suficientemente fuerte para llamar la atención.


Es indudable que el tipo de gaucho que tuvo realmente fisonomía peculiar, el primero que fue llamado así, fue el gaucho nómada, no delincuente, que estuvo implícito en el gaucherío oriental del siglo XVIII.

Este gaucho fue algo más que un simple vagabundo. Adquirió en la Argentina, a lo largo del siglo XIX rasgos propios bien definidos y cuando se difundió suficientemente, a medida que fue creciendo la población rural, fue llamado gaucho, como también se había llamado al paisano oriental del siglo XVIII.

Fueron hábiles jinetes y criadores de ganado, se caracterizaron por su destreza física, su altivez, su carácter reservado y melancólico.

Casi todas las faenas eran realizadas a caballo, animal que constituyó su mejor compañero y toda su riqueza.

El lanzamiento del lazo, la doma y el rodeo de hacienda, las travesías, eran realizados por estos jinetes, que hacían del caballo su mejor instrumento; en el caballo criollo no sólo cumplía las faenas cotidianas sino que con él participó en las luchas por la independencia, inmortalizando su nombre con las centauras legiones de Güemes.

Fue el hombre de nuestro campo, principal escenario de su vida legendaria y real, de vida solitaria ya en grupos de tiendas, como las tribus nómades ya en racheríos aislados como en la pampa sureña.