Fundación Marambio
Recuerdo de las islas Georgias en 1982
Autor: Suboficial Mayor (R) ARA VGM-EDB
José Luis RINCÓN

ABRIL 2011

En este pequeño escrito y a 29 años de la gesta de Malvinas intento relatar lo más certero posible las vivencias vividas por mi en la recuperación de nuestras islas Malvinas y todo el conjunto de islas que nos fueran usurpadas por los británicos a partir del 3 de enero de 1833.

Nuestra participación fue la recuperación de las Islas Georgias del Sur, como no he consultado a nadie para llevar a cabo mi relato es que no menciono nombres ni de mis compañeros, pilotos, comandantes o personal alguno de las dotaciones tanto del Bahía Paraíso como de la corbeta Guerrico.

Navegar las aguas del océano Atlántico Sur siempre fue y es un desafío; vientos huracanados provocadores de enormes oleajes, las hace difíciles y obviamente no seria esta la excepción, los mares Antárticos con sus gélidas aguas y con esas enormes masas de hielos flotando y con sus hermosas figuras cinceladas por el efecto del viento y el agua, que ni el mejor escultor puede imaginar cada figura en cada uno de los témpanos, bandejones, gruñones y cuantos trozo de hielo ande flotando, tampoco ellos son tarea fácil para cualquier navegante en cualquier tipo de embarcación.

Comenzaba a recorrer su camino el otoño en el hemisferio sur, Ushuaia, ese paraíso que tenemos en el confín del mundo, ultima ciudad del Continente Argentino o quizás, la primera, depende de la óptica del individuo; como de costumbre lucia esplendida, fría y con algunos copos de nieve para embellecer aun mas aquel paradisíaco lugar.

Los preparativos eran intensos en nosotros los que integrábamos las dotaciones de los buques Antárticos, nuestro grupo compuesto por cinco meteorólogos veníamos de cumplir la campaña Antártica 1981/82 a bordo del rompehielos ARA Almirante Irizar (Q5), habíamos llegado al final de la misma y por ende era el camino de regreso a casa.

Una vez llegados a Ushuaia, se nos informó que el grupo completo de meteorología debía pasar al buque transporte polar ARA Bahía Paraíso, los motivos no los sabíamos, suponíamos que había pasado algo en la Base Orcadas o que debíamos ir a retirar al grupo de chatarreros del señor Davidoff, aquel señor que habíamos llevado a las islas Georgias del Sur en el rompehielos Irizar, allá por el mes de noviembre, suposiciones, todas eran suposiciones.

De todas maneras y a pesar del deseo de regresar a nuestros hogares con nuestros seres queridos, no nos disgustaba en absoluto el nuevo viaje y mas aún, a aquellos que llevamos puesta la camiseta permanentemente de nuestra querida Antártida Argentina, los que tenemos en nuestro corazón el amor y el sentir por los hielos eternos.

Fueron unos días de estadía en Ushuaia con un recreo de dos o tres días en Buenos Aires a bordo de un Hércules C-130.

Eran los últimos días de marzo de 1982 cuando dio comienzo una nueva etapa de la Campaña Antártica ¿nueva etapa? ¿Campaña Antártica?

El Bahía Paraíso comenzó su navegación y su proa enfiló con rumbo hacia el este ¿adonde?, todo seguía siendo una incógnita, lo único que nos llamaba la atención era un grupo vestido con ropas camufladas de nuestra Infantería de Marina, lo cual casi no nos quedaban dudas que a Orcadas no íbamos y que nuestro destino eran las islas Georgias del Sur y que ese grupo iría a darle seguridad o custodia a los "chatarreros".

Como Meteorólogos y Pronosticadores que somos, sabíamos que las condiciones del tiempo no iban a ser las mejores, vientos fuertes y oleajes bastantes pronunciados afectaría nuestra navegación, pero en definitiva, eso no importaba, debido a que el ARA Bahía Paraíso era un excelente y confortable buque, acostumbrado a soportar temporales muchos mas severos.

Las horas transcurrían y la incógnita seguía siendo la misma, hasta que, en las ultimas horas del día 1º de abril, la voz de nuestro Comandante y a través del sistema de intercomunicadores del buque nos llamo a silencio y que prestáramos atención a lo que tenia que informarnos.

Palabras más palabras menos el anuncio fue así:

Señores a partir de este momento y por disposición del Gobierno de la República Argentina pasamos a integrar el Operativo Rosario; el mismo consiste en la recuperación después de 150 años de NUESTRAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR Y GRUPO THULE DEL SUR.

A partir de ese momento todo tipo de comunicación con el continente y demás unidades fue interrumpido, la gran incógnita se había develado, algunos(la gran mayoría) una alegría interna nos invadió, se nos había acelerado los latidos de nuestro corazón, las islas, NUESTRAS ISLAS MALVINAS Y TODOS EL CONJUNTO DE ISLAS volverían a ser, como hacia casi 150 años atrás parte de nuestro territorio, tal como lo habían sido hasta 1833, cuando por la fuerza fueron desalojados todos los argentinos residentes en las islas por los piratas ingleses.

Nuestro buque el ARA Bahía Paraíso era un buque que se utilizaba solamente para campañas Antárticas, un Transporte Polar y su misión era el transporte de elementos y reaprovisionamiento de distintas bases antárticas y por ende cumplía con lo estipulado en el tratado Antártico, no portaba ni disponía de ningún tipo de armamento, razón por la cual debía haber otra unidad naval con armamento, y para esa misión se designo a la corbeta ARA Guerrico.

Comenzaron a transcurrir las primeras horas del 2 de abril de 1982, el tiempo en el mar cercano a las islas Georgias era ventoso y con mucho oleaje, las horas pasaban y la ARA Guerrico no llegaba, navegábamos circundando a las islas, en un momento dado hicimos un ingreso hasta tener a la vista a la base de Grytviken, pero en su puerto estaba el Rompehielos Endurance.

Este buque que poseía una ametralladora antiaérea, mas que suficiente para hacernos terribles daños, razón por la cual se volvió a navegar alrededor de las islas, en un par de oportunidades apareció en nuestro radar de navegación un buque y era precisamente el Endurance, por lo tanto volvíamos a retomar el rumbo que traíamos y ellos hacían lo mismo.

Las horas se hacían cada vez mas largas, era como que el tiempo no pasaba nunca, para colmo de males ya teníamos noticias que en Puerto Argentino el Capitán Giachino había pagado con su vida esta recuperación y que el Cabo Enfermero Urbina había sido gravemente herido por cumplir su misión como enfermero al querer brindarle los primeros auxilios.

El retraso de la Corbeta ARA Guerrico se debía precisamente al fuerte oleaje que tubo que soportar en toda su travesía y de proa, la distancia a recorrer entre Puerto Belgrano y las Islas Georgias es de muchísimos kilómetros, en un mar que en raras ocasiones esta calmo o con pocas olas, es esta una zona del planeta donde predominan las bajas presiones y estas son sinónimos de vientos fuertes.

Así transcurrió el 2 de abril, con las islas Malvinas ya recuperadas por la Republica Argentina, el Pabellón Nacional volvía a flamear como lo había hecho casi 150 años atrás, antes de que llegasen los invasores ingleses.

El 3 de abril amaneció soleado y con buen tiempo, ¡¡un sol radiante!! la corbeta ARA Guerrico ya estaba con nosotros, se reabasteció de combustible con nuestro buque y se procedió a navegar hacia Grytviken, capital de las Georgias.

Una vez en la zona, nuestro Comandante se contactó radialmente con el personal de las islas y les solicitó que depusieran del uso de las armas para así evitar un derramamiento de sangre, el personal ingles se negó a hacerlo, debido a que la orden que tenían de su gobierno, era el de resistir hasta la primera baja o primer herido.

Desde nuestro buque despegaron helicópteros Puma del Ejercito Argentino y Alouette de la Armada Argentina, dirigiéndose al helipuerto y llevando tropas; el aterrizaje del primer helicóptero fue sin problemas como así también el desembarco del personal, el segundo vuelo aterrizó a poca distancia de donde lo había hecho el primero, gracias a Dios que fue así ,debido a que en el mismo lugar que había aterrizado el primer vuelo, impactó el disparo de un mortero que pasó por arriba del helicóptero, que de haber impactado sobre el mismo hubiese sido una tragedia por la cantidad de victimas que hubiésemos tenido era un helicóptero del Ejercito Argentino.

El mismo volvió a remontar vuelo sin haber desembarcado las tropas y sobrevoló sobre la guarnición inglesa, los cuales se encontraban atrincherados en un cerro y muy bien resguardado; el retraso de la corbeta les había dado tiempo para buscar el lugar ideal y así poder parapetarse.

Desde ese lugar abrieron fuego con una ametralladora impactando varias veces en el helicóptero Argentino el cual comenzó a despedir una estela de humo blanco, dio un giro al cerro y gracias a la maniobra del piloto pudo aterrizarlo cuando se dirigía casi sin control a las heladas aguas de la Bahía, una vez en tierra las tropas de la Infantería de Marina se resguardaron de las balas inglesas y se constato la lamentable pérdida de la vida de los Soldados Conscriptos IM Mario Almonacid y Jorge Néstor Águila.

La corbeta ARA Guerrico en actitud de amedrentamiento a las tropas británicas se había acercado a la costa por lo cual fue alcanzada por el armamento británico y allí en la ametralladora de proa; perdió la vida el Cabo Primero ARA Patricio Alfredo Guanca.

Debido al temporal que tubo que soportar la corbeta en su navegación es que el armamento se vio seriamente afectado por el ingreso de agua de mar, razón por la cual ametralladoras y cañones se trabaron y quedaron inutilizados, claro está que el personal ingles desconocía esto, en los combates en tierra personal de Infantería de Marina hiere en un brazo a un militar ingles y cumpliendo la orden dado por su gobierno que al primer herido se rindiesen, así lo hicieron.

A partir de ese momento ya era entrada la tarde del 3 de abril y en esas latitudes los días comienzan a acortarse por lo tanto las tareas hay que hacerlas lo mas rápido posible debido a que la noche no tarda mucho en llegar, así que de esa manera se comenzó el doloroso cargamento de las victimas fatales a nuestro buque como así también los heridos y también fue embarcado en el Bahía Paraíso todo el personal civil y militar ingles, inclusive el herido que fue atendido y curado por los médicos de nuestra unidad.

Una vez finalizado el embarque y a su vez desembarcado el personal Argentino que se haría cargo de Gritviken, comenzamos la navegación hacia el oeste con rumbo a la zona marítima de Puerto Deseado o San Julián, nos quedaba la inmensa satisfacción de haber visto flamear nuestra enseña patria, nuevamente en las islas Georgias así como estaba haciéndolo en Malvinas.

Pero también sentíamos un gran dolor y una gran preocupación por lo tan caro que nos había costado, quizás la falta de experiencia en guerras es que nos llevó tres vidas, tres jóvenes argentinos daban cumplimiento al juramento mas sagrado que tiene un soldado que es el "SÍ JURO" cuando se le pregunta si estamos dispuesto a ofrecer nuestras vidas por defender nuestra enseña Patria, dar nuestra vida por salvaguardar la Soberanía Argentina.

Estos tres jóvenes habían regado con su sangre el suelo y el agua de Georgias que sumada a la del Suboficial Primero ARA Félix Oscar Artuso muerto en el Submarino Santa Fe por un soldado ingles, días mas tarde, es que quedarán en la historia de la Republica Argentina.

Nunca voy a olvidar una vez arribado a nuestro buque el personal del helicóptero derribado, perteneciente al Ejercito Argentino, eran los mecánicos y operadores, los cuales vivían en un camarote pegado a nuestro grupo, su estado de crispación, el estado nervioso que tenían relataban lo que les había tocado vivir, lloraban y daban gracias a Dios de poder estar con vida.

Realmente era un milagro que ellos estuviesen ahí, junto a nosotros por diferentes razones una; por la oportuna maniobra del piloto de la aeronave que si no hubiese sido por él, el helicóptero hubiese caído a las aguas de la bahía y la segunda razón es que ningún impacto de los que fue alcanzado el helicóptero hubiese matado o mal herido a más tripulantes, salvo las dos lamentables perdidas como los fueron Almonacid y Águila.

Según sus relatos los proyectiles impactaban por todo el helicóptero les pasaban entre las piernas por adelante atrás de sus cuerpos, realmente era un verdadero infierno, estos hombres todos eran jefes de familias, padres narraban y lloraban, debido a que pensaban que nunca mas volverían a ver a sus seres queridos ¡¡esto es la guerra!!

¿Quien puede odiar más la guerra que el propio soldado?

Esos mismos soldados británicos que nos acababan de matar tres hombres, nos habían derribado un helicóptero y nos habían averiado una corbeta misilística, ahora los teníamos no solo en nuestro buque sino que nuestro camarote era lindero con el de ellos, solo un mamparo nos separaba, pero no había rencor, no había odio, solo bronca, solo dolor; ellos habían cumplido con lo que le ordenaron, ¡¡en definitiva!!

Eran soldados y cumplían ordenes, habían hecho lo que tenían que hacer, defendieron hasta donde pudieron lo que ellos creen que es de ellos, no solamente creen sino que están convencido que es de ellos, aunque no entiendan nuestras razones, ellos no entienden que históricamente y por legado del reinado de España.

Todo lo que en su momento estaba bajo el mandato de la Corona, al ser la REPUBLICA ARGENTINA un país libre y soberano heredó todas las pertenencias por ende las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS Y GRUPO THULE DEL SUR son tierras soberanas de nuestra nación, o quizás si entiendan y sepan de estas razones, pero estratégicamente y políticamente no reconocerán muy fácilmente nuestros reclamos.

Con los prisioneros ingleses a bordo comenzamos nuestro retorno a la zona continental y mas precisamente a la zona de San Julián, desde allí comenzamos a realizar navegaciones a las Islas Malvinas, llevando helicópteros y personal del Ejercito Argentino.

Fueron muchas las millas navegadas esos días hasta que los ingleses declararon la Zona de Restricciones en un radio de 200 millas (unos 360 km) alrededor de nuestras Malvinas.

Ese día y a esa hora (las 00) estábamos aun en las inmediaciones de las islas realizando desembarco, comenzamos nuestras navegación con destino a la Base de Puerto Belgrano, era una noche magnifica, de luna llena, el mar, como pocas veces se ve, totalmente calmo una hermosa luna llena que parecía hundirse en las aguas del atlántico sur.

Muchos de los tripulantes del Bahía Paraíso estuvimos levantados y en cubierta, esperando salir de la zona de exclusión lo cual hicimos en horas de la madrugada, sabíamos o intuíamos la presencia de algún submarino ingles en la zona, alguien deslizó la frase "es una noche especial para torpedo" (arma letal de los submarinos)

Quizás hayamos sido espiados por los ingleses, pero ellos sabían que a bordo de nuestra nave se encontraban el personal militar y civil de las Georgias, razón por la cual difícilmente seriamos atacados, el hecho de salir de la zona de bloqueo fue un alivio para todos, aunque después demostraron que mucho no les interesaba si estábamos adentro o afuera, debido a que el Crucero ARA General Belgrano, cuando fue atacado estaba fuera de la zona por ellos declarada como exclusión o de bloqueo, y navegando hacia la parte continental.

Nuestra navegación continuó con destino final hacia la Base Naval de Puerto Belgrano, a la cual arribamos en horas de la noche, allí un micro esperaba al personal ingles, los cuales fueron trasladados al Aeropuerto de Bahía Blanca y en avión a la Republica Oriental del Uruguay.

Nuestra misión había finalizado, si bien hubiésemos querido seguir navegando en el Bahía Paraíso, pero no fue posible debido a que el buque fue remodelado y se lo acondicionó como Buque Hospital.

Mas allá de la enorme satisfacción de ver después de casi 150 años flamear nuestra enseña patria en Puerto Argentino, Grytviken y Thule del Sur, que las mismas volvían a pertenecer soberanamente al Territorio Argentino, obviamente nos quedaba el sabor amargo y el inmenso dolor que el Capitán Giachino, el Cabo Guanca y los Soldados Águila y Almonacid habían ofrendado el tesoro más preciado, más hermoso y más caro que nos haya dado Dios, habían pagado con sus vidas aquella recuperación, aunque haya sido momentánea, pero ha de ser la historia quien diga si valió la pena o no, por que se perdió un combate, habrá que ver si se perdió la guerra.

Cada día 2 ó 3 de abril de cada año debemos rendir un sincero homenaje no solo a estos hombres que ofrendaron sus vidas también a los integrantes del Crucero ARA General Belgrano y a todos los 649 militares, civiles, oficiales, suboficiales, superiores o subalternos, compañeros, amigos, conocidos o no, pero hombres Argentinos al fin, que muchos de ellos aún hoy hacen una guardia eterna donde cuidan y vigilan la soberanía de las islas o en el mar, a todos ellos mis mas sinceros y calidos respetos.

Autor: Suboficial Mayor ARA VGM-EDB (R) José Luis RINCON

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